Cataluña detecta en Barcelona el primer caso de contagio local de la mutación, con mayor capacidad de transmisión, durante un análisis aleatorio de los casos positivos
Sin conocer aún el impacto real de la variante británica, y apenas iniciados los planes para aumentar la capacidad de identificar nuevas mutaciones, España se enfrenta a la llegada de otra versión más contagiosa: la de Sudáfrica. Cataluña notificó este miércoles un caso hallado por la secuenciación genética de muestras aleatorias seleccionadas entre los nuevos positivos. “Es un caso que acabamos de detectar y estamos iniciando la investigación epidemiológica. No tiene una relación clara con Sudáfrica”, explicó el jefe de Microbiología del hospital Vall d’Hebron (Barcelona), Tomàs Pumarola.
Galicia ya identificó esta variante en un paciente el 5 de enero. Pero entonces se trataba de un hombre de 30 años que trabaja en el sector naval y había estado en el país africano, mientras ahora no constan antecedentes de viaje del enfermo. Se trata así del primer contagio local conocido y será la investigación epidemiológica la que determine si el paciente ha estado en contacto con alguna persona que sí tiene vínculos con ese país.
“Era totalmente previsible que empezaran a aparecer casos. España ha establecido muy pocos controles en las fronteras en forma de cuarentenas o peticiones de PCR. Si no lo hemos encontrado antes es porque no lo hemos estado buscando”, lamenta Federico García, jefe de servicio de Microbiología en el hospital San Cecilio (Granada). El Consejo de Ministros aprobó el martes las primeras restricciones de viajes con Sudáfrica y Brasil, donde circula una tercera variante también más contagiosa. “Mi impresión, pese a todo, es que la prevalencia debe ser baja o muy baja”, añade García.
Pumarola normalizó la presencia de la nueva variante: “Ya ha entrado en los países de nuestro entorno y Cataluña tiene relación con ellos. Es lógico empezar a encontrarla en el territorio”.
La situación actual recuerda a la vivida con los primeros casos de la variante británica detectados a finales de diciembre: se identificaban unos pocos, pero se daba por sentado que había más. La razón es la escasa capacidad de secuenciación que tiene España, que somete a este análisis genético a mucho menos del 1% de muestras, frente a países como el Reino Unido, donde ese porcentaje se acerca al 10%. Es, además, un proceso lento, que llega a durar dos o más semanas. El resultado son unos datos oficiales a años luz de la realidad.
Con la variante británica ha sido posible sortear esta carencia por un hecho casual: una de las marcas de pruebas PCR disponibles en el mercado, Thermo Fisher, sí era sensible a la mutación. Pero esto, recuerdan los expertos, no pasa con la variante brasileña. “Las mutaciones en los virus son procesos muy dinámicos. La forma de ser capaces de detectar las nuevas variantes es ampliar la capacidad de secuenciación y combinar esto con estrategias de cribado específicamente diseñadas para detectarlas. Esta es la vía para una vigilancia precisa ante las variantes que mayor inquietud causan”, explica Juan Carlos Galán, jefe de Virología del hospital Ramón y Cajal (Madrid).
El Ministerio de Sanidad y las comunidades han acordado una nueva estrategia para aumentar el número de muestras secuenciadas. El objetivo es llegar primero al 1% del total, subir luego al 2% e intentar alcanzar posteriormente el 5% mínimo que establece la Comisión Europea. Pero el proceso no va ser rápido: “Con los niveles actuales de incidencia, necesitaría un mes para contar con los medios para poder secuenciar el 1%”, explica Federico García, cuyo hospital comparte con el Virgen del Rocío (Sevilla) la responsabilidad de realizar estos análisis en toda Andalucía.
Una de las incógnitas a resolver es si la variante sudafricana se expandirá por España con la misma velocidad que lo ha hecho la británica. Esta pasó de representar menos del 1% de los casos a finales de diciembre o principios de enero a suponer en apenas un mes un tercio de los contagios en comunidades como Cantabria o zonas de Madrid.
Riesgo para los hospitales
Pumarola destacó este miércoles que la variante sudafricana está siendo capaz de imponerse incluso “en territorios donde solo predominaba la británica, lo que indica que quizás tiene una capacidad de adaptación superior”. Esto supondría una mayor capacidad de contagio, y por tanto, una seria amenaza para unos sistemas sanitarios muy sobrecargados.
El Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades alertó hace un mes del riesgo “muy alto” que suponían las nuevas variantes para los hospitales, algo que recogió la pasada semana un informe de riesgo de Sanidad.
Los otros interrogantes a resolver son dos. El primero es si las nuevas variantes provocan cuadros clínicos más graves, algo que han empezado a investigar hospitales como el Ramón y Cajal y el Virgen del Rocío, con estudios observacionales con los pacientes que llegan a sus servicios de urgencias.
El segundo es si las nuevas variantes reducen la efectividad de las vacunas. “La respuesta es un no seguro con la variante británica”, explica Amós García, presidente de la Asociación Española de Vacunología. “Parece que la variante sudafricana tampoco afecta a la respuesta de las vacunas, y si lo hace es de una forma reducida que no resta utilidad a estos fármacos”, añade.
Aunque hay menos información sobre la tercera variante considerada de riesgo, la llamada brasileña por ser este el país donde más se transmite, Amós García recuerda que “las compañías fabricantes pueden adaptar las vacunas a los cambios que el virus pueda registrar”.